miércoles, 30 de julio de 2008

Sueño de un mediodía de verano


Sonó el despertador. Sonó la ducha. Era la una de la tarde. Sonó el chorro de vermú cayendo con cadencia entre los hielos y las rodajas de limón. Y sonó el hueso de la aceituna al caer sobre el platillo de procelana.