Aceptar el hecho de que tienes que perder la pista de alguien es tan doloroso que el primer paso es perder fuelle y andar sin rumbo por la estación. Sin embargo, inexplicablemente cuando crees que ningún tren va a pasar por ese remoto lugar aparece el lujoso Transcantábrico y la energía recorre de nuevo tu cuerpo como si nunca lo hubiera abandonado.
2 comentarios:
Aceptar el hecho de que tienes que perder la pista de alguien es tan doloroso que el primer paso es perder fuelle y andar sin rumbo por la estación. Sin embargo, inexplicablemente cuando crees que ningún tren va a pasar por ese remoto lugar aparece el lujoso Transcantábrico y la energía recorre de nuevo tu cuerpo como si nunca lo hubiera abandonado.
Nubenegra, es usted una brújula en toda regla. Por cierto, haga hueco en la agenda el 5 de diciembre y desvele así la sorpresa...
Publicar un comentario